Llegan las fiestas y con ellas los brindis. En Italia es tradición brindar con Prosecco, pero ¿cuál es el proceso de fermentación que lleva la uva de la vid al autoclave y a las mesas de todo el mundo?
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En la mayoría de los países productores de vino, es bien conocida la fase de vendimia, en la que se recogen las uvas destinadas a la mesa o a la vinificación. Cuando las uvas se destinan a la producción de vino, primero se separan las bayas de los raspones (despalillado) y luego se estrujan. A diferencia de los vinos tintos, los blancos solo se obtienen extrayendo el zumo de la uva, que se clarifica y fermenta.
La fermentación es la clave de la producción, mediante la cual las levaduras transforman los azúcares en alcohol. En la mayoría de los vinos -incluidos los espumosos- solo hay una fermentación, pero en la elaboración del prosecco, el método Charmat implica otra tras la adición de azúcares y levaduras.
Para que este proceso sea eficaz y no se pierdan los aromas fundamentales del vino, la temperatura durante la segunda fermentación debe mantenerse entre 18 y 22 °C y a una presión controlada. Por lo tanto, es muy importante que el autoclave de vino tenga el tamaño adecuado para el proceso y que la instrumentación utilizada para controlar el entorno sea la adecuada para lograr el resultado final deseado.
CAMLogic ofrece soluciones tanto para cisternas como para depósitos más pequeños. En ambientes espaciosos, el indicador de nivel de flotador PFGLPmientras que en entornos confinados el es ideal el indicador de flotador CLR20.
Ambos son aptos para el contacto con alimentos y tienen y tienen piezas de contacto con el producto de acero inoxidable, lo que las hace resistentes a líquidos químicamente agresivos. La CLR20 también está disponible en versión de dos o tres niveles, instalada horizontal o verticalmente y, al igual que la PFGLP, no se ve afectada por la presencia de espuma.
Si prefiere utilizar la conductividad eléctrica del líquido a detectar como principio de funcionamiento, podría utilizar el modelo CLC40. Este modelo, apto para el contacto con alimentos, permite el control de hasta 2 niveles independientes y dispone de un retardo de intervención ajustable, en caso de que se formen olas durante el llenado del autoclave de vino espumoso.
En este punto, cuando también se ha completado la segunda fermentación, el producto resultante puede filtrarse, estabilizarse y, si es necesario, dosificarse antes de embotellarse.
Indicador de nivel conductivo con conexión roscada al proceso G 1” 1/2. El CLC40 está equipado con 3 varillas de acero inoxidable que permiten controlar dos umbrales de nivel para cada tipo de líquido. El instrumento puede personalizarse con longitudes especiales y accesorios eléctricos.
Indicador de nivel de depósito flotante para sustancias líquidas Construido en aluminio fundido a presión y acero inoxidable, con conexión roscada G 2” o brida, no requiere alimentación eléctrica. Resistente hasta 100 grados. El instrumento puede personalizarse con longitudes especiales y accesorios como flotador curvado y fuelles de silicona.
Indicador de nivel de flotación construido con un imán permanente y contactos reed sin fricción, tiene una conexión roscada G ⅜ y no requiere alimentación eléctrica. Adecuado para detectar alimentos y sustancias ácidas/corrosivas. El instrumento puede personalizarse con longitudes y accesorios especiales.
Indicador de nivel de flotador de acero inoxidable con imán permanente y contactos reed sin fricción, tiene una conexión roscada G ⅛, no requiere alimentación eléctrica. Adecuado para la detección de alimentos y sustancias ácidas/corrosivas. El instrumento puede personalizarse con longitudes y accesorios especiales.