Pensar en el mantenimiento de una planta industrial como un único trabajo de reparación en una máquina es un concepto anticuado y limitador. La norma UNI EN 13306 define, en efecto, el mantenimiento como "el conjunto de todas las acciones técnicas, administrativas y de gestión, previstas durante el ciclo de vida de una entidad, destinadas a mantenerla o devolverla a un estado en el que pueda desempeñar la función requerida".
Además de preservar o restaurar la funcionalidad ordinaria, una actividad de este tipo puede ser una oportunidad para hacer evolucionar todo el proceso. Las labores de mantenimiento pueden mejorar la productividad, reducir costes y adaptar el sistema a las nuevas normativas que han entrado en vigor desde su implantación.
Un ejemplo de esto último es la norma ATEX, aplicada desde principios de la década de 2000, que se aplica en diversos sectores. Hay muchas fábricas que han tenido que adaptarse a las nuevas normas. han tenido que adaptarse a las nuevas normas para no incurrir en riesgos relacionados con la posibilidad de explosiones o incendios y las sanciones asociadas en caso de incumplimiento.
El mantenimiento es, sin duda, la forma preferida de mantener el proceso funcional y eficiente mediante una planificación cuidadosa de las comprobaciones para programar los tiempos de intervención utilizando criterios y técnicas establecidos para prevenir posibles fallos, al tiempo que se mantiene un enfoque conservador. También es importante innovar y optimizar los procesos aplicando nuevos conceptos y tecnologías y desafiando así las normas obsoletas.
En el caso concreto del mantenimiento de instalaciones industriales, por ejemplo, existe la posibilidad de proceder mediante una serie de pequeñas intervenciones con el objetivo de mejorar el rendimiento, la durabilidad y la fiabilidad de la instalación sin riesgo de tropezar con nuevos problemas causados por una tecnología relativamente desconocida o nunca aplicada.
Un ejemplo de este tipo de mantenimiento que promueve la mejora sin alterar totalmente los métodos de funcionamiento, además de contener los costes, es la actualización de la instrumentación del proceso.
En particular, los indicadores de nivel CAMLogic no requieren un mantenimiento periódico ni riguroso. Dada su probada robustez, calidad y fiabilidad, cuentan con una garantía de 24 meses. Poder confiar en un instrumento de medición tan duradero y resistente favorece sin duda el buen funcionamiento de la planta, además de aliviar la carga de trabajo del personal de mantenimiento.
CAMLogic también ofrece la posibilidad de implementar controles de función en sus indicadores giratorios: control de tensión y salida de 8 pulsos. La comprobación de la tensión verifica que el dispositivo está correctamente alimentado, mientras que la salida de 8 impulsos señala la rotación correcta del eje. Todo ello es posible gracias a uno de los valores fundacionales que caracterizan a CAMLogic: la personalización. Todos nuestros instrumentos de medida pueden modificarse mediante el configurador sección dedicada al configurador.
En conclusión, por tanto, es importante comprobar que, aunque el equipo siga siendo funcional, también esté actualizado con nuevas características que mejoren su eficacia.